La frase bíblica que usamos como títulos dice así: “El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho; el que es deshonesto en lo poco, es deshonesto en lo mucho” (Lucas 16, 10) Con esta enseñanza del Maestro queremos iniciar esta reflexión sobre nuestro comportamiento en la vida diaria. Es muy común, que algunos católicos comprometidos con su Iglesia, olvidamos esta enseñanza del Maestro. Vivimos el día a día descuidando los deberes de la vida ordinaria, comportándonos como uno más del mundo.
Se cuenta la historia de una señora que viaja muy aprisa en su automóvil. Se le veía muy enojada con los demás conductores, les hacía gesto con la cara y las manos y además conducía de forma muy agresiva. De repente un policía la detuvo, la obligó a salir de la carretera y le pidió la licencia y los papeles del auto. La señora muy sorprendida le preguntó porque la detuvo y el policía le respondió: “Bueno señora al ver su comportamiento en la calle y además observar que el vehículo que conduce tiene una calcomanía que dice: Jesús es mi Señor, otra con el símbolo del pez y finalmente una que tiene la imagen de la Virgen de Guadalupe, pensé que ese vehículo no le pertenecía y que podía ser robado.”
Debemos esforzarnos al máximo para que cada actividad que realizamos tales como conducir un auto, realizar nuestro trabajo profesional, ayudar a nuestro hijos con sus tareas, las realicemos consciente de que son medios para hacer brillar la luz de Cristo en medio de los hombres. Cada vez que cumplimos con nuestro deber con perfección estamos alabando a Dios y contribuyendo a que nuestros hermanos lo alaben también.
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