domingo, 11 de septiembre de 2016

El Buen Pastor



El Señor nos propone la alegoría del buen pastor. El termino alegoría lo encontramos en la Biblia cuando san Pablo en Gálatas 4,24 nos dice: “Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar,”
San Pablo nos compara a dos mujeres Sara y Agar y nos plantea que esa situación que todos conocemos en la que ambas mujeres le dieron hijos a Abraham nos presenta una verdad más profunda. Porque cada mujer en realidad representa una de las dos alianzas; Sara la Nueva y Agar la Antigua y a partir de allí el apóstol de los gentiles nos desarrolla toda una enseñanza.
La alegoría del buen pastor podemos apreciar como Jesús se nos presenta como el pastor que es dueños de las ovejas y no un asalariado. En Israel, en tiempos de Jesús, era común que una persona podría tener ovejas con el propósito de obtener de ellas lana y leche. Esto significaba que no eran usadas como una fuente de carne y por lo tanto no eran sacrificadas. El pastor establecía una relación muy estrecha con sus ovejas ya que convivían con ella por años, a tal punto, que llegaba a conocer a cada uno de ella y les ponía un nombre para identificarlas. El pastor conocía a sus ovejas y las ovejas también llegaban a conocer la voz del pastor. Además, estas ovejas representaban para el pastor su patrimonio, una fuente de sustento y la herencia que le pensaba ofrecer a sus descendientes. Por todas estas razones no era raro que el pastor y dueño de las ovejas estaría dispuesta a arriesgarse y hasta dar la vida por salvar su ovejas.

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