En san Mateo se nos narra las tentaciones de nuestro señor Jesucristo.
“…después de estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan. Pero Jesús le respondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Mateo 4, 2ss
Jesús responde a la propuesta del demonio citando la escritura en el texto tomado del Deuteronomio 8, 3. También nosotros necesitamos de la palabra que sale de la boca de Dios. Nuestro ser tiene dos elementos que componen una misma unidad ya que somos seres corporales con alma espiritual en unidad de persona. Por lo tanto necesitamos pan material pero también el pan espiritual qué es el que en muchas ocasiones estamos descuidando. El diablo le presenta Jesús la necesidad de saciar su necesidad inmediata a costa de suprimir o incluso ignorar su realidad espiritual. Esta es la tentación a la que estamos sometidos hoy en día que no percibimos nuestra realidad espiritual y sólo vemos la posibilidad de satisfacer nuestras necesidades más inmediatas. La frase no sólo de pan vive el hombre es un llamado de atención a esa visión meramente material de nuestra existencia, que nos lleva a convertirnos en seres egoístas y vacíos. Nuestro ser está hambriento de la Palabra que sale de la boca de Dios, pero tratamos de callar esa hambre con el pan material. Busquemos alimentarnos de la Palabra que sale de la boca del Señor, para que tengamos una nutrición completa balanceada, tanto material como espiritual, que nos dará plenitud de vida.