sábado, 17 de septiembre de 2016

Solo de pan




En san Mateo se nos narra las tentaciones de nuestro señor Jesucristo.
después de estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan. Pero Jesús le respondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Mateo 4, 2ss
Jesús responde a la propuesta del demonio citando la escritura en el texto tomado del Deuteronomio 8, 3. También nosotros necesitamos de la palabra que sale de la boca de Dios. Nuestro ser tiene dos elementos que componen una misma unidad ya que somos seres corporales con alma espiritual en unidad de persona. Por lo tanto necesitamos pan material pero también el pan espiritual qué es el que en muchas ocasiones estamos descuidando. El diablo le presenta Jesús la necesidad de saciar su necesidad inmediata a costa de suprimir o incluso ignorar su realidad espiritual. Esta es la tentación a la que estamos sometidos hoy en día que no percibimos nuestra realidad espiritual y sólo vemos la posibilidad de satisfacer nuestras necesidades más inmediatas. La frase no sólo de pan vive el hombre es un llamado de atención a esa visión meramente material de nuestra existencia, que nos lleva a convertirnos en seres egoístas y vacíos. Nuestro ser está hambriento de la Palabra que sale de la boca de Dios, pero tratamos de callar esa hambre con el pan material. Busquemos alimentarnos de la Palabra que sale de la boca del Señor, para que tengamos una nutrición completa balanceada, tanto material como espiritual, que nos dará plenitud de vida.

domingo, 11 de septiembre de 2016

El Buen Pastor



El Señor nos propone la alegoría del buen pastor. El termino alegoría lo encontramos en la Biblia cuando san Pablo en Gálatas 4,24 nos dice: “Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar,”
San Pablo nos compara a dos mujeres Sara y Agar y nos plantea que esa situación que todos conocemos en la que ambas mujeres le dieron hijos a Abraham nos presenta una verdad más profunda. Porque cada mujer en realidad representa una de las dos alianzas; Sara la Nueva y Agar la Antigua y a partir de allí el apóstol de los gentiles nos desarrolla toda una enseñanza.
La alegoría del buen pastor podemos apreciar como Jesús se nos presenta como el pastor que es dueños de las ovejas y no un asalariado. En Israel, en tiempos de Jesús, era común que una persona podría tener ovejas con el propósito de obtener de ellas lana y leche. Esto significaba que no eran usadas como una fuente de carne y por lo tanto no eran sacrificadas. El pastor establecía una relación muy estrecha con sus ovejas ya que convivían con ella por años, a tal punto, que llegaba a conocer a cada uno de ella y les ponía un nombre para identificarlas. El pastor conocía a sus ovejas y las ovejas también llegaban a conocer la voz del pastor. Además, estas ovejas representaban para el pastor su patrimonio, una fuente de sustento y la herencia que le pensaba ofrecer a sus descendientes. Por todas estas razones no era raro que el pastor y dueño de las ovejas estaría dispuesta a arriesgarse y hasta dar la vida por salvar su ovejas.

viernes, 2 de septiembre de 2016

Manifesto su amor


Algunos  estudios nos revelan que se están disparando los casos de depresión, enfermedad en la que las personas se sumergen en una tristeza profunda.  Esto posiblemente se debe al desconocimiento de nuestra fe y perder de vista  un aspecto importante de ella.  Jesucristo  se manifestó en medio de nosotros precisamente para que conociéramos el  amor  de Dios.  La Biblia nos dice con toda claridad:
“En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él.” 1Juan 4,9
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.” Juan 3, 16
Esta tristeza que muchas veces surge en esta época se debe a que se ha popularizado el concepto de que la felicidad se fundamenta en los bienes materiales. Aunque son necesarios no son el fundamento de nuestro bienestar sino, el encuentro personal con nuestro señor Jesucristo. Es decir, que una persona en soledad y en un profundo silencio puede vivir la plenitud de la vida. Pero la imagen comercial de la felicidad es una mesa llena de comida, con muchos cosas para disfrutar en un cuadro familiar completo y feliz. Muchos de nosotros suspiramos ante ese cuadro y hasta lo anhelamos sin pensar que muchos quedan fuera del mismo. ¿Qué pasa con todos aquellos que viven solos o en familias rotas o no cuentas con los recursos? Entonces ¿para ellos no hay vida?
Descubramos que la Vida es Jesús y solo en Él encontramos plenitud. Solo a la luz de la oración se nos caerán las escamas que no nos deja ver esta hermosa Verdad.